LO QUE CALLAMOS LOS HOMBRES - PARTE 2 -
Un saludo especial en este día de recogimiento, a todas aquellas parejas que se aman y que a pesar de los años y después del encanto de los primeros días, “N” años después siguen queriéndose igual o………..
NOTA: es coincidencia cualquier parecido con la realidad.
Viví en el Callao, mi niñez y juventud, y a pesar de ello no tuve amoríos con las hermosas mujeres que ahí habitaban, te diré porque.
Amalia era una hermosa morena de buen ver, simple, afable de sonrisa y suntuoso caminar; tendría yo 16 años y ella vivía casi frente a mi casa, su figura era espectacular, el pecado venia a mi por las noches en mis pensamientos causando estragos a mi vida y a mis sabanas; la deseaba con locura, ella me sonreía y la veía a diario pasar, pero yo no jugaba pelota, no hacia deportes, era un trapito debilucho, fácil de zarandear , eso me amilanaba porque sus hermanos; tres en total, más parecían mastodontes prehistóricos, su padre con vista de energúmeno me detenía y sin contar con su madre, sus hermanas y sus primos, en verdad era una prole numerosa e inconquistable: tire la toalla en una.
Deje pasar el tiempo y su caminar, solo me conforme con mirarla es que no era combatiente de peleas de Capuleto; seguí mi camino. Mucho después apareció por la otra calle, una descomunal repisa de morena, no era hermosa de faz, pero era descomunal y joven, yo tendría 22 años y ella aun los 16, ya había más experiencia en mi vida y mas ímpetu, total quería ser terruco y tal vez si algo sucedía, llamaría a mis camaradas para que me defiendan.
Corina se llamaba y la cite un día, previamente averigüe de su familia, eran unos zimbabwenses pacíficos, podría esa torre ser tomada en el juego de ajedrez , que la vida me ofrecía; así que salí con ella; nos encontramos en La Maquina Del Sabor, de la Av. Venezuela, a modo de bailar salsa de Oscar y de Celia de esos tiempos; no me duro mucho la felicidad por que en pleno baile, aparecieron sus amigos y amigas incluso sus admiradores, que me superaban en estatura, peso, corpulencia y agresividad, y encima como nunca terruquie, nunca nadie me salvó; decidí dejarlo ahí, porque a pesar de que estas chalacas eran hermosas, preferí que digas aquí corrió, en vez de que aquí murió.
Un profesor que conozco que no quiero decir su nombre, menor que yo en casi 10 años, se está quedando calvo, nació en Abancay - hermosa tierra-, lo conocí desde hace veinte años, amigo de habitación de estudiante en San Borja, mientras que estudiaba medicina, trabajaba como obrero de construcción y era dizque guapo ( bueno eso dicen mis amigas), era el hombre más seductor que pude haber conocido, nunca andaba solo, siempre había una mujer que lo seguía, que lo buscaba y que le ofrecía el oro y el moro para quedarse con él; pero este era cimarrón, libre como el viento, deshojador charrasqueado, sin respeto a nadie ni a nada, incluso abandone su amistad por que como dicen ahora, era partidor, choco conmigo, con su jefe, con el dueño de su casa, con su tío, con su hermano, con su sobrino, con el director del instituto y con sus colegas, no tenia reparos ni le hacía ascos a nada, le aconseje de todo lo poco que sabia y había vivido, pero el se reía, una arquitecta profesional y adinerada, le suplicaba casorio; la profesora del colegio Sophianum le pedía aunque sea un hijo y él: andante, sonriente, cantante.
Todo lo que le aconseje no servía de nada, pues me superaba con creces en experiencias del Monte Venusiano, y en realidad solo un consejo le pude haber dado que le sirva y ese justamente, no se lo di
Planto a una novia en plena boda, se llevo un préstamo de un padre enamorado, rompió varias veces compromisos casaderos, pues nadie llenaba sus expectativas, y tuve que alejarme de él pues estaba seduciendo a mi enamorada Teresa.
No termino su carrera, se dedico a tener un negocio propio una farmacia con su hermano, y seguía en sus andadas, hasta que conoció a una hermosa pieza de ébano, que ayudaba en los quehaceres domésticos de casa de su tío Clemente; hizo la jugada típica que el sabia hacer y logro su cometido: ella de 19 años y el de 28, se llevo muy pronto como era de esperarse los laureles, pero ella quedo embarazada, que terrible aprieto; decidió reconocer al vástago que por suerte era varón, y pasarle una pensión, pero eso de casarse con ella, ni pensarlo.
Ella quería casorio, como todas la que exigieron lo mismo, pero solo ella vivía en El Callao y tenía 5 hermanos varones y 3 hermanas mujeres, todas en la cuadra 7 del jirón Ancash, su mama recién egresada de Santa Mónica y su padre aun estudiando un doctorado en San Jorge, no tuvo escapatoria los hermanos hablaron amigablemente con el dueño de la botica que era el hermano mayor y no hubo más remedio, a casarse con guitarra y con cajón; lo recuerdan muchos esa hermosa fiesta que se hizo en el local de Plastik Callao, que tan generosamente Don Benedicto dio a sus ahijados, de eso ya hace muchas lunas, recién me estoy enterando de todo lo que paso en mi ausencia.
Y por que me entere?, por que comencé a averiguar que paso con ese conquistador, seductor y peludo charrasqueado, el lava la ropa, la plancha y la cose, barre su casa, lleva a sus dos hijos al colegio, hace el almuerzo, el desayuno, el lonche y la lonchera, el tiempo que le sobra, lo usa en trabajar en una empresa de servicios de decoraciones, es un padrillo ejemplar, no usa celular, no tiene email, ni face y sé que este relato le llegara de oídas, pues está condenado a no tener modernidad, vive con su suegra y dos hermanas enfermas que está en la obligación de cuidarlas, en realidad la novela el varón domado termina aquí; Fariana que así se llama la morena, trabaja en el Serenazgo de La Perla, feliz pues su sueño de un hombre fiel, sincero, trabajador, amoroso, buen padre, que no fuma, ni toma, no juega, ni baila, le ha tocado en su vida.
Profe perdóneme, porque no le di el único consejo que debía habérselo hecho saber; pero vez, tú te me andabas riendo.
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